Tipos de espacios confinados en la industria: clasificación y ejemplos

Los espacios confinados son comunes en plantas industriales, obras civiles, instalaciones subterráneas y zonas de mantenimiento. Su apariencia no siempre refleja su nivel de riesgo. Sin una evaluación previa, pueden representar un peligro real para quien ingresa.

Comprender los tipos de espacios confinados, cómo se clasifican y qué implicaciones tiene cada uno permite tomar decisiones mejor fundamentadas antes de intervenir. La normativa vigente y los aspectos técnicos asociados son clave para planificar cualquier trabajo de forma segura y responsable.

¿Qué es un espacio confinado y cómo se identifica?

Un espacio confinado es aquel que permite el acceso de una persona para realizar una tarea puntual, pero no está diseñado para ocupación continua. Además, presenta accesos limitados o restringidos, ya sea por dimensiones, ubicación, o por las condiciones internas del entorno.

De acuerdo con los criterios establecidos en la NOM-033-STPS y la NFPA 350 , un espacio se considera confinado cuando cumple con lo siguiente:

  • Permite que una persona entre y realice trabajo en su interior.

  • Tiene acceso o salida restringida.

  • No está diseñado para ocupación continua.

  • Carece de ventilación natural suficiente, lo que puede generar acumulación de gases, deficiencia de oxígeno o presencia de vapores inflamables.

Algunos ejemplos en la industria son tanques, pozos, silos, túneles, cámaras subterráneas o espacios bajo plataformas. Aunque parecen controlados, sus condiciones pueden volverse peligrosas si no se evalúan antes de intervenir.

Tipos de espacios confinados: cómo se clasifican y en qué se diferencian

No todos los espacios confinados representan el mismo nivel de complejidad o riesgo. Por eso, existen distintos criterios para clasificarlos, tanto por su dificultad de acceso como por las condiciones que pueden presentar en su interior.

Espacios confinados Tipo 1 y 2

La NOM-033-STPS-2015 establece una clasificación oficial en Tipo 1 y Tipo 2, basada principalmente en el nivel de dificultad para evacuar al trabajador y las condiciones del entorno.

Tipo 1

Son espacios donde las condiciones de acceso, ventilación y monitoreo permiten mantener los riesgos bajo control. Aunque requieren evaluación previa, en general es posible intervenir con medidas estándar como ventilación forzada, supervisión y equipos básicos de protección.

Ejemplos: cámaras de inspección amplias, cisternas con escotilla lateral, espacios bajo plataformas con acceso peatonal.

Tipo 2

Son espacios donde el acceso, la salida o el rescate resultan particularmente complejos. Pueden tener entradas verticales, dimensiones reducidas o estructuras que dificultan el movimiento interno. Además, suelen carecer de ventilación natural y presentar riesgos que requieren controles específicos antes de ingresar.

Ejemplos: pozos estrechos, tanques cerrados, túneles confinados o reactores sin visibilidad.

Clasificación de espacios confinados por nivel de riesgo

En operaciones industriales, muchas empresas complementan la clasificación oficial con un enfoque basado en niveles de riesgo. Aunque no está contemplada en la NOM, esta escala es útil para valorar condiciones específicas y establecer controles adecuados.

Clase A (Riesgo alto)

El espacio presenta condiciones que pueden poner en peligro la salud o integridad del trabajador: atmósferas tóxicas, deficiencia severa de oxígeno, materiales inflamables o estructuras inestables.

Clase B (Riesgo medio)

Existen peligros potenciales, pero controlables mediante ventilación, medición de gases y supervisión continua.

Clase C (Riesgo bajo)

No se identifican riesgos graves, pero el espacio cumple con las condiciones de un confinado. Aun así, se exige seguir protocolos básicos como señalización, monitoreo puntual y uso de EPP.

Este tipo de clasificación no sustituye la definida por la NOM-033, pero es útil para tomar decisiones rápidas y adaptarlas a las condiciones reales de cada espacio.

Principales riesgos en espacios confinados

Los espacios confinados pueden presentar condiciones peligrosas que no siempre son evidentes, como atmósferas deficientes en oxígeno, gases inflamables o tóxicos, riesgo de atrapamiento, temperaturas elevadas o falta de visibilidad. 

La NOM-033-STPS-2015 establece tres criterios clave para determinar si un espacio representa un riesgo para la salud: el porcentaje de oxígeno, el nivel de inflamabilidad y la concentración de sustancias tóxicas. Estos parámetros permiten definir si el ambiente requiere equipo especializado, ventilación o monitoreo continuo.

Lista básica de equipos para ingresar con seguridad a un espacio confinado

Para trabajar en un espacio confinado es obligatorio contar con el equipo adecuado. Aunque cada situación requiere una evaluación específica, existe un conjunto básico de elementos que no debe faltar en ningún ingreso.

Equipos de Medición (Detectores Portátiles)

Antes de entrar, es indispensable medir la atmósfera del espacio para detectar deficiencia de oxígeno, presencia de gases combustibles o sustancias tóxicas como monóxido de carbono o sulfuro de hidrógeno.

Los Detectores de Gases Portátiles permiten hacer este análisis en tiempo real, y muchos modelos actuales incluyen alarmas visuales y sonoras, registro de datos y calibración automática.

Respiración Autónoma

Si se detectan niveles inseguros de oxígeno o gases peligrosos, el uso de Equipos de Respiración Autónomo o líneas de aire forzado se vuelve obligatorio.

Estos sistemas permiten trabajar por periodos breves en atmósferas contaminadas o deficiencias severas de oxígeno, siempre con vigilancia externa y protocolos de rescate listos.

Arnés de cuerpo completo con línea de vida

Todo trabajador que ingresa debe portar un arnés de seguridad con anclaje conectado a una línea de vida, generalmente operada desde un trípode con winch. Esto permite el ascenso o rescate inmediato en caso de pérdida de conocimiento o accidente interno.

Accesorios extra

Otros elementos esenciales incluyen:
  • Ventilación forzada o extractores para mantener la atmósfera estable.
  • Lámparas diseñadas para zonas con riesgo de explosión.
  • Radios o sistemas de comunicación por cable, para contacto constante con el exterior.
  • Delimitación del área de trabajo, con señalización y control de accesos.

Conocer las condiciones del entorno es tan importante como usar el equipo correcto

No se trata solo de entrar con el equipo adecuado, sino de saber a qué se enfrenta cada persona antes de hacerlo. Hay espacios que parecen seguros, pero no lo son hasta que se revisan los niveles, se miden los gases y se entiende bien qué puede pasar ahí dentro.

Más allá de seguir un protocolo, lo que realmente hace la diferencia es observar, hacer las preguntas correctas y no dar nada por hecho. Porque en un espacio confinado, asumir está lejos de ser una buena idea.

Si estás evaluando qué equipo utilizar, podemos orientarte con base en tus necesidades. Una elección bien informada siempre marca la diferencia.